28 septiembre 2006

Saumon mariné - Salmón marinado



La proliferación de piscifactorias ha permitido popularizar la comercialización y el consumo de doradas, lubinas, truchas, salmón... Gracias a estos cultivos marinos podemos comer durante todo el año, a un precio razonable, un alimento que en otras épocas estaba reservado a bolsillos adinerados. Cuando yo era pequeña incluir dorada o salmón en una comida era síntoma de celebración especial. Hoy en día, este tipo de producto son de consumo habitual.

La receta que os propongo hoy es fácil de hacer y de comer. Es un plato versátil que tanto se puede comer como entrante, aperitivo o entre horas. Dado su aporte calórico es recomendable consumirlo en épocas frías, aunque a mi me apetece en cualquier época del año.

Ingredientes

1 kg de salmón fresco
100 g de sal gorda
150 de azúcar
eneldo fresco o en polvo

Pedir en la pescadería que os quiten la espina y os dejen los dos lomos del pescado. Cortar el salmón de acorde a la bandeja que vayais a utilizar. La proporción de sal y azúcar están en relación al peso del salmón, si tenemos 600 gramos de salmón pondremos 60 g de sal y 90 gramos de azúcar (es cuestión aplicar una regla de tres), en lo que respecta al eneldo poner más o menos según os guste un aroma acentuado o suave.
Mezclar la sal, el azúcar y el eneldo. Cubrir el fondo de la bandeja con una parte de esta mezcla y poner encima los lomos de salmón con la piel hacia abajo.



A continuación echar el resto de la mezcla hasta cubrir todo el pescado.


Tapar con papel film y meter en la nevera 24 horas. Pasado este tiempo quitar la sal que quede y proceder a cortar el salmón y conservarlo en un recipiente con aceite de oliva.

Se trata de un alimento que ha sido curado, pero no cocinado, por tanto conviene conservarlo en el frigorífico y no más de una semana.

Que aproveche!

Tarte Bourdaloue - Tarta Bourdaloue

En algún lugar he leído que por 1900 había en París una calle de nombre Bourdaloue en la que trabajaba un pastelero muy querido por su clientela y que fue él quien inventó esta tarta de peras realmente sorprendente. La historia no se si es cierta, pero un poco romántica si que es...
No se si vosotras hacéis lo mismo, pero a mí me gusta llevar cosas hechas por mí cuando me invitan a su casa los amigos. La tarta de la fotografía la hicimos este verano para ir a comer a casa de unos amigos gallegos. Salió buenísima y regada con un buen licor de café o un ribeiro os aseguro que es el mejor colofón para una buena comida.
Os paso la receta por si os animáis, es fácil y de éxito asegurado.

Ingredientes

Para la pasta brisa
200 g de harina
100 g de mantequilla o margarina
3 cucharadas soperas de azúcar
un poco de leche(3 o 4 cucharadas)
un pellico de sal
Para el relleno
1 bote de peras en almívar
2 huevos
125 g de azúcar
150 g de almendra en polvo
50 g de mantequilla
2 cucharadas de ron (facultativo)

Pasta brisa

Mezclar la harina, el azúcar, la sal y la mantequilla. Os quedará como una arena, añadir la leche, poco a poco, primero una cucharada sopera, luego otra... hasta que la masa tenga consistencia. Envolver en papel film y meter en la nevera 1/2 hora. Sacar de la nevera, estirar y forar un molde.
Mezclar la mantequilla con el azúcar hasta que quede ligero. Añadir los huevos uno a uno, la almendra y el ron. Poner esta crema encima de la pasta brisa y colocar las peras formando estrella. Poner en el horno a 200º durante 45 minutos. Dejar enfriar antes de desmoldar.
Os aseguro que no os defraudará, gusta tanto a niños como a adultos. Si no os gusta con peras, poner manzanas o melocotones.

18 septiembre 2006

Les courguettes de Mirepoix - Los calabacines de Mirepoix

Del mercado de Mirepoix nos trajimos algunos recuerdos, unos se comen, otros no. Trajimos calabacines redondos, queso de cabra semicurado, longaniza con nueces, pan de centeno, pan de nueces, remolacha ... Entre las cosas que no se comen, mención especial a las calabazas para decorar, como las de la foto de más abajo. No se por qué, pero en los mercados de Terrassa no encuentro nunca calabacines redondos, ni calabazas pequeñas ... La cuestión es que ya que las teníamos, había que cocinarlas. Después de pensar un poco se nos ocurrió esta receta, a ver qué os parece.

Ingredientes
2 calabacines redondos (alargados también sirven)
1 paqueta de salmón ahumado
1 cebolla
1 brik de 200 ml de crema de leche
1 sobrecito de arroz salvaje o un puñado
Parmesano o el queso rallado que os guste

Cortar los calabacines por la mitad y cocerlos al horno a 190 grados hasta que estén tiernos. Vaciar la carne procurando que no se rompa la piel, ya que la utilizaremos como recipiente.
Sofreir la cebolla hasta que esté transparente, añadir el salmón cortado a trocitos y rehogar hasta que cambie de color, añadir la carne de los calabacines y rehogar. Echar la crema de leche y dejar que se mezcle todo bien. Retirar del fuego
Hervir el arroz al punto que os guste. Mezclar el arroz con la crema que hemos preparado en la sartén. Rellenar los calabacines con esta pasta, poner trozos de parmesano por encima o el queso que os apetezca y meter en el horno a gratinar. Si lo habéis preparado con antelación, ponerlo a 180º unos 10 minutos para que se caliente y después lo gratinais.
Es un plato fácil y de gusto suave y diferente.



En el cartel se puede leer: 1,5 euros cada calabaza, 4 calabazas 5 euros



15 septiembre 2006

A la façon de Mercotte - Al estilo de Mercotte


"Verrines" de aguacate y atún

Realmente Mercotte está creando estilo. Para los que no lo sepais, Mercotte es una especie de sabia de los fogones, una artista para ser exactos. Sólo teneis que dar una vuelta por su blog para descubrir recetas sorprendentes, normalmente fáciles y visualmente apetitosas. Mercotte presenta a menudo, entrantes y postres en unos recipientes de cristal, como vasos, pero más anchos y de paredes bajitas "verrines". A mi me parece que es una manera diferente y atractiva de presentar un plato. Imitándola, con permiso y respeto, yo os presento un "verrine" improvisado pero resultón.

Seguro que os ha pasado alguna vez, o muchas veces, llegas a casa y descubres que no has sacado nada del congelador para cenar... Para ocasiones así, soluciones imaginativas. Lo primero que hay que hacer es abrir la nevera y ver que queda. Y de lo que queda, elegir lo que puede servir para montar un plato nutritivo, ligero y digno. Hace pocos días en casa había:
Ingredientes
2 aguacates maduros
olivas
atún
tomates
lechuga
pan
aceite
salsa rosa
Hacer unos crostini, pintando cuatro rebanadas de pan con un poco de aceite y poniéndolo al horno hasta que coja color. Dejar enfriar y triturarlo. Distribuir-lo en el fondo de los vasos. Este será el elemento crujiente del plato.
Pelar y chafar los aguacates en un cuenco. Añadir el atún, los tomates cortados a trocitos, la lechuga y echarle la salsa rosa a gusto (en casa la hacemos con mayonesa, ketchup, un poco de crema de leche o nata y unas gotas de coñac). Distribuir la mezcla en los vasos y adornar con las aceitunas.
Es fresco y contrasta la textura de la masa de aguacate con el crujiente de los crostini.
Este ha sido el primer intento, seguiremos probando para mejorar...

12 septiembre 2006

Lunettes o Spitzbuebe





Aprovechando que el lunes era fiesta en Cataluña, mi familia y yo hemos disfrutado de un fin de semana en el sur de Francia. En realidad no teníamos idea de salir, hace poco hemos vuelto de las vacaciones, pero hace dos semanas, en el dominical de el periódico Avui apreció un artículo sobre Mirepoix. Nos pareció un buen lugar donde perderse unos pocos días, así que, tomando como centro de operaciones un pequeño hotel en Limoux, hemos revisitado Carcassonne y hemos descubierto Mirepoix.
Toda la zona es gastronómicamente muy interesante, a parte de tener un paisaje realmente bonito, sobretodo en esta época en què todavía se pueden ver las viñas con las uvas a punto de recolectar.
El lunes, mi hija mayor pidió "lunettes" para desayunar. La verdad es que era un tipo de galleta que nos resultaba conocida, nos parecía haber visto una cosa muy parecida en algún libro de recetas que teníamos en casa. Al llegar comprobamos, con alegría, que aparecía la receta en el libro Les petits gâteaux d'Alsace, de Suzanne Roth. Las hicimos antesdeayer y salieron buenísimas. Os paso la receta por si os apetece probar.
Ingredientes
125 g de azúcar
100 g de mantequilla
1 huevo
300-350 g de harina
ralladura de limón
azúcar glas
confitura
Mezclar hasta que blanquee el azúcar, el huevo y la mantequilla. Añadir a continuación la ralladura de limón y la harina. Conviene echar la harina poco a poco, en dos o tres veces, ya que, dependiendo del tamaño del huevo y de la temperatura de la mantequilla, la masa nos puede salir más líquida o más compacta. En todo caso, añadir harina hasta que la masa no se pegue a los dedos. Hacer una bola y dejar en la nevera, como mínimo 30 minutos.
Estirar la masa y cortar las galletas. A la mitad les hacéis unos agujeritos con un corta pastas más pequeño o, en su defecto, con un dedal. Introducir al horno a 180º durante 15 minutos. Dejar enfriar. Espolvorear las galletas con agujeros con azúcar glas. Poner la confitura, yo he usado de melocotón y cerezas negras, pero cualquiera sirve, en la galleta sin agujeros y cubrir con la otra.
Mi opinión personal es que están buenísimas, especialmente al día siguiente acompañadas con un te, un café o una copita de licor...

06 septiembre 2006

Confiture de poivrons rouges - Mermelada de pimientos rojos




Siempre me ha gustado el olor a leña quemada que sale de las casas cuando se acerca el otoño. En la ciudad donde vivo todavía hay muchas casas con chimenea lo que nos permite disfrutar del olor que desprenden. Es especialmente agradable el olor a roble o castaño, al inhalar vienen a nuestra memoria gustativa el sabor de la sopa de setas, la sopa de cebolla, las patatas al horno... todos esos platos que solemos hacer cuando el frío aprieta.
Hoy os propongo una mermelada de pimientos rojos, un experimento con un resultado altamente satisfactorio. La receta os la copio directamente de la revista Descobrir cuina , del número de septiembre

Ingredientes
1 kg de pimientos rojos
600 g de azúcar
1 rama de vainilla
1 limón
aceite de oliva

Asar los pimientos, untados de aceite de oliva, en el horno. Dejarlos enfiar y pelarlos y cortarlos a trocitos. Guardar el líquido que han soltado durante la cocción.

Pesar la carne y el líquido de la cocción. Por cada kilo de carne y líquido de pimiento, preparar 600 g de azúcar (si sólo tenemos medio kilo de carne de pimientos, pondremos 300 g de azúcar, y así, en proporción).

Poner la carne y el líquido en una cazuela al fuego y cuando rompa a hervir añadir el azúcar, la rama de vainilla abierto de arriba abajo con un cuchillo para que "suelte" todo el aroma. Añadir un limón pelado, sin la parte blanca, cortado a trocitos (si ponemos menos pimientos, reduciremos el limón en proporción). Cocerlo todo durante 10 o 15 minutos, procurando que no se enganche.

El resultado es una mermelada suave, con un delicado gusto ácido y una dulzor que no empalaga. Se puede comer acompañando una rebanda de pan, un pescado al vapor o un bistec a la plancha... o cualquier cosa que se os ocurra.